Respuesta rápida ante las catástrofes

Un terremoto de grado 6 en una mina de Cox. Ocho personas heridas, atrapadas e incluso fallecidas. Los derrumbamientos van acompañados de incendios generados por la combustión del material de la mina. En mitad de este caos, el Grupo de Intervención Psicológica de Emergencias y Catástrofes (GIPEC) al que pertenezco, trata de atender a las víctimas mientras la unidad canina de rescate Ecos se emplea a fondo en localizar a las víctimas.

De esta manera se hacen eco varios medios de comunicación del simulacro en el que participé el pasado Domingo en la localidad de Cox, junto con mis compañeros del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes perteneciente al COP Alicante.

La respuesta rápida ante cualquier tipo de catástrofe debe ser la característica de cualquier equipo de salvamento para llegar lo antes posible al escenario donde se ha producido, además de la coordinación con todos los cuerpos y efectivos que tomen parte en el mismo.

Con ese objetivo la ONG local Ecos ByRMA (Equipos Caninos Operativos Salvamento Búsqueda y Rescate Método Arcón) realizó en la antigua cantera de Cox un simulacro de actuación ante un supuesto terremoto con afección a unas instalaciones mineras. El colectivo está formado por profesionales que desempeñan su actividad diaria tanto en el Ejército como Guardia Civil, servicios sanitarios o veterinarios y se fundó hace tres años en el municipio para tomar parte en situaciones de emergencia ante siniestros. En la actualidad son trece personas pero en caso de necesidad suman más apoyos y su especialidad es el salvamento de personas con perros, a los que entrenan de forma altruista para que actúen en la detección de accidentados y no cuentan con ayuda pública para su labor.

El objetivo, precisó su coordinadora, Mónica Rocamora, una militar del acuartelamiento de Rabasa, fue la actuación no solo con sus canes ya que «es necesaria esa labor de coordinación con otros cuerpos o entidades que pueden tomar parte en el rescate de víctimas de un seísmo». Por ello el simulacro fue de actuación con afectados por un temblor de grado 6 en la Escala de Richter y el apoyo psicológico tanto a víctimas como a los familiares que se desplazan hasta los lugares donde ha tenido lugar el suceso. Así fueron seis expertos del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes (Gipec) del colegio profesional de Alicante los que complementaron el ejercicio.

La simulación consistió en la activación, despliegue y organización de un puesto de mando avanzado en la cantera como si fuese la entrada a la bocamina, un hospital de campaña, una zona para colocar a los fallecidos y acotar otra de seguridad tanto para los rescatadores o familiares en caso de réplicas ante temblores de tierra. «La idea es evaluar el tiempo de respuesta ante una llamada desde el puesto de mando», indicó su responsable, Abraham Brando, y que esta sea lo menor posible para encontrar supervivientes. Entre las enormes rocas de la cantera recrearon la escena para que fuese lo más parecido a una real, con botes de humo a modo de escapes de gas de la mina o la ubicación de voluntarios que actuaron tanto de fallecidos como de empleados accidentados. Una vez lanzada la alerta desde el puesto avanzado comenzaron a aparecer el resto de miembros del grupo y fueron los que se encargaron de dirigir a los psicólogos a la zona segura. Hasta allí llegaron dos de los figurantes que simularon ser un matrimonio que estaba en el interior de la mina y se preguntaban entre gritos, sollozos y síntomas de nerviosismo dónde estaba su hija, que a la postre sería una de las fallecidas. De igual modo otra de las voluntarias hizo de responsable de las instalaciones de minería, afectada por el estado de shock del temblor, por lo que fue atendida con urgencia. Poco a poco los componentes de Ecos iban pidiendo su colaboración para que se encargaran tanto de las víctimas como de los familiares y no faltaron los reproches de estos para dar mayor credibilidad a la escena ya que requerían de mayor prontitud tanto en la localización de los supervivientes como de las víctimas.

A la par los sanitarios se encargaron de tomar las constantes vitales de todos los que iban saliendo de la zona de peligro en el hospital de campaña, con la inmovilización de los heridos con collarines o férulas, la toma de tensión, la dispensación de medicamentos u oxígeno como medida de choque antes de la evacuación a centros sanitarios. La coordinadora de los psicólogos, Teresa Marín, iba tomando nota de todo lo ocurrido y daba instrucciones a sus compañeros sobre cómo actuar en casos como este pero en circunstancias reales: cómo calmar la ansiedad, preguntas sobre quiénes quedaban en el interior y otros supuestos. Luego llegó el momento de la intervención de los perros en la detección de los supervivientes y de las víctimas en lo que denominan una búsqueda encadenada hasta hallar su objetivo y alertar a los guías. Al final el ejercicio sirvió, como recordó la responsable de Ecos, para estar a punto ante casos reales.

Fuentes: Joaquín Andreu Esteban: http://www.laverdad.es/alicante/orihuela/201510/26/respuesta-rapida-ante-catastrofes-20151026015743-v.html
I.J. Iniesta/ Vídeo: TONY SEVILLA: http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2015/10/26/olfateando-rastro-vida/1689216.html

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